La transducción sigue un doble
procedimiento: eléctrico-mecánico-acústico. En la primera etapa convierte las
ondas eléctricas en energía mecánica, y en la segunda convierte la energía
mecánica en ondas de frecuencia acústica. Es por tanto la puerta por donde sale
el sonido al exterior desde los aparatos que posibilitaron su amplificación, su
transmisión por medios telefónicos o radioeléctricos, o su tratamiento.
El sonido se transmite mediante ondas
sonoras, en este caso, a través del aire. El oído capta estas ondas y las
transforma en impulsos nerviosos que llegan al cerebro. Si se dispone de una
grabación de voz, de música en soporte magnético o digital, o si se recibe
estas señales por radio, se dispondrá a la salida del aparato de señales
eléctricas que deben ser convertidas en sonidos; para ello se utiliza el
altavoz.
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